El autor sueco Pär Lagerkvist ganó el Premio Nobel de Literatura en 1951, en parte gracias a esta divertida, perversa y notable obra maestra, publicada originalmente en 1944. El enano catapultó a Lagerkvist a la fama internacional, pero el libro ahora está eclipsado en gran medida (ejem) por su novela más famosa, Barrabás. Aun así, esta pequeña joya mordaz merece un lugar en la estantería de los lectores exigentes, junto a una literatura tan oscura, inquietante e inolvidable como Crimen y castigo y Notas del subsuelo.
El enano cuenta la retorcida historia de Piccoline, un enano malvado que sirve a una corte corrupta durante las guerras italianas de finales del siglo XV y principios del XVI. Si bien los personajes son ficticios, no obstante son familiares. El príncipe probablemente se inspiró en el príncipe y señor de la guerra del Renacimiento de la vida real Cesare Borgia, quien ocupa un lugar destacado en la obra de Niccolo Machiavelli. El príncipe. Maquiavelo basó gran parte de su teoría de la política del poder en Cesare Borgia, y le hubiera encantado El enano.
Con una prosa nítida como una navaja, Lagerkvist nos cuenta, a través de las entradas del diario de Piccoline, de una ciudad-estado del Renacimiento italiano (piense en Milán o Florencia) bajo un asedio largo y brutal. La guerra, la peste y el hambre sacan lo peor de uno de los protagonistas más malvados de la literatura, un misántropo espeluznante que ama tanto la violencia como la destrucción. Debido a su pequeña estatura, Piccoline cree que no es humano en absoluto, sino de otra raza. Esto le permite asesinar fríamente a los enemigos de su príncipe y también a un enemigo personal. Las únicas emociones que conoce son el odio, la malicia y la sed de venganza. Es un desgraciado fascinante, divertido y desagradable. Lectores de la popular serie de fantasía de George RR Martin Una canción de hielo y fuego puede reconocer a Piccoline como el antepasado literario del antihéroe enano Tyrion Lannister.
Los amantes de la historia del Renacimiento italiano sacarán mucho provecho de este cuento maravillosamente sórdido. Los detalles del período son ricos y auténticos, aunque vagamente ficticios. El príncipe de la novela es en parte Cesare Borgia, en parte Ludovico Sforza. Estos dos príncipes italianos históricos emplearon al artista Leonardo da Vinci como ingeniero de guerra, y Leonardo está memorablemente representado en El enano del artista Maestro Bernardo, quien está fascinado (como lo estaba Leonardo) con los grotescos, y le pide al horrible enano que modele para un boceto.
Una posibilidad interesante es que el enano no exista en absoluto. El personaje podría leerse como el lado oscuro del propio príncipe, quien en esta interpretación sería un Jeckyll y Hyde personaje que se disocia de sus peores pensamientos y acciones convirtiéndose en el enano. El autor deja caer varios indicios de que esta puede ser la interpretación correcta.
El enano es una lectura rápida. La prosa es limpia, la acción aguda, los detalles fascinantes. Aquí hay mucho humor negro, basado en el reconocimiento de nuestros peores impulsos. Piccoline nunca se redime, permaneciendo amoral y sin disculpas hasta el final. Recomiendo esta novela como puro entretenimiento y como una exploración filosófica de la naturaleza malvada que todos llevamos dentro.
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